Recientemente hemos recibido en nuestras casas una Convocatoria de Cabildo General para el próximo 19 de Octubre, en la que, entre otros puntos del Orden del Día, se va a presentar una propuesta de restauración del Santo Cristo del Mayor Dolor en el IAPH. No voy a dar una opinión ahora sobre esta propuesta, porque es justo dejar que el actual Hermano Mayor presente y argumente la misma en dicho Cabildo. Pero sí que ha dado pie a que muchos hermanos me pregunten por mi opinión y mis planes respecto a la salida procesional del más antiguo de nuestros titulares.
En primer lugar, y ante todo, creo que es justo reconocer el mérito del actual Hermano Mayor, Manolo Paz, en poner encima de la mesa un debate antiguo en la Hermandad. Todos aquellos que hemos vivido la Hermandad desde la cuna hemos oído alguna vez a nuestros mayores hablar del tema y siempre ha sido una ilusión compartida por muchos, aunque siempre se quedaba en eso, en conversaciones en la Plaza, en artículos en el Boletín, en diseños en un papel… Y de repente se plantea si el año que viene todo ello podría ser realidad, aunque finalmente (creo que con sensatez) no se llevó a cabo.
Pero, como digo, el debate está en la mesa. Por eso, creo que hay que actuar con sensatez, como decía antes, con reflexión y con sentido de la realidad. Es cierto que nuestras Reglas recogen que todos nuestros titulares harán Estación de Penitencia a la S.I.Catedral, pero no es menos cierto que podría considerarse que ese mandato se cumple, por ejemplo, con la insignia dedicada al mismo desde hace muchos años. En consecuencia, si resulto elegido el próximo mes de Noviembre, mi compromiso es la creación de una Comisión que deberá presentar, antes de la finalización de mi mandato, un proyecto a los hermanos para su debate y aprobación en Cabildo General. Dicho proyecto recogerá en detalle todos los aspectos relacionados con la salida procesional (que son muchos y, en algunos casos complejos), tales como:
- Al menos 3 diseños para el paso (ya está aprobado en Cabildo General que se nuevo y dorado, pero aun así caben muchas alternativas)
- Acompañamiento musical (Sí o no, y en caso afirmativo, de que tipo)
- Insignias que será necesario acometer (Ciriales, Bocinas, Varas, etc.)
- Proyecto económico (que debe recoger no sólo el coste de ejecución del paso y de las insignias sino también como afecta al coste anual de la Salida procesional)
- Fórmulas de financiación (teniendo en cuenta las posibilidades de la Hermandad y sus prioridades en el momento de la presentación del proyecto)
- Como afectaría la inclusión de un tercer paso a nuestros horarios
- Opinión de la Autoridad Eclesiástica al respecto
- Negociaciones con el Consejo General de Cofradías y con el resto de Hermandades del Martes Santo, en caso de que suponga modificaciones en horario y/o itinerario
Es posible que incluso haya algún tema más que me haya dejado en el candelero, pero como veis, la cuestión no se reduce a si se hace un paso o no y cuanto cuesta, sino que es más compleja. Por eso, y a fin de que el proyecto sea lo más completo y lo más detallado posible, en dicha Comisión (formada única y exclusivamente por hermanos, obviamente) participarán ex-Hermanos Mayores, expertos en Arte y en Historia, expertos económicos, ex-Diputados Mayores de Gobierno y expertos económicos. Y siempre teniendo muy claro que la opinión final la tendrán los hermanos, que serán quienes decidirán si se realiza y, en caso afirmativo, cuando y como efectuará la salida procesional del Santo Cristo del Mayor Dolor.
Por último, os adjunto un artículo publicado en el Boletín de la Hermandad en el año 2001. Muchos no lo recordarán, otros quizás sí, pero es indudable, como decía antes, que estamos hablando de una ilusión "dormida" durante mucho tiempo y que merece al menos la oportunidad de que todos los hermanos opinen.
LÁGRIMAS Y ABRAZOS
por Malco
Martes Santo, de no importa qué año. 8 y cuarto de la tarde. Las puertas de San Lorenzo se abren lentamente y, fiel a su cita anual, la Cruz de Guía de la Hermandad del Dulce Nombre avanza lentamente por la Plaza. Murmullos. El canto de algún pájaro. Luz de atardecer de Primavera (¡en Sevilla!) y algún rayo de sol que se cuela por la cúpula arbórea que se forma cada mes de Abril. La Cruz de Guía llega a la esquina y se pierde por Cardenal Spínola. No cabe un alfiler en la Plaza. Detrás de ella, el Senatus y los hermanos de la Bofetá, serios pero alegres. A través del antifaz, sus ojos reflejan la alegría y la responsabilidad que sienten, conscientes del momento histórico que están viviendo. Ya se atisban ciriales y el humo del incienso. Los murmullos aumentan cuando salen a la Plaza. En la Iglesia, se oye un golpe de martillo, seco, rotundo. Y otro. Y un tercero. Los murmullos se van apagando hasta que el único sonido que se oye es el rachear de los pasos de los costaleros. Ya está en la puerta. Silencio. Y de nuevo el martillo. Uno, dos, tres. La voz del capataz apenas se escucha, mientras susurra: "Vámonos de frente, muy poquito a poco". Ya sale. Ya está fuera. La banda rompe a tocar la Marcha Real. Las manos echan humo. Es la ovación más grande en años en San Lorenzo. En la Iglesia, algún abrazo, y sobre todo lágrimas, furtivas debajo de los antifaces. Después, de nuevo el silencio. Murmullos, ahora de admiración. Algún codazo por debajo ("¿has visto la canastilla de caoba?", "¿y qué me dices de los hachones?"...). Y los hermanos penitentes que siguen al paso, pero sienten que este año el peso de la cruz apenas se siente, que Él les ayuda en su penitencia. Porque el Cristo del Mayor Dolor ya está en la calle y no hay penitencia más Dulce que acompañarle por las calles de Sevilla.
El paso avanza. Ya llega a Cardenal Spínola. No se oyen más murmullos, unos atenazados por la emoción, otros sobrecogidos por la imagen del crucificado, recortada sobre el Cielo de San Lorenzo. Y se pierde calle abajo. Después vendrá La Gavidia, la Campana, Carrera Oficial, la estación a la Catedral y la vuelta, ya noche cerrada, entre la admiración del pueblo de Sevilla. Ya está de vuelta en la Plaza. Avanza despacio, solamente iluminado por los cuatro hachones en sus esquinas. Parece como que no quiere entrar. Nadie quiere que termine su primera Estación de Penitencia. Suenan las Saetas y, lentamente, el Cristo del Mayor Dolor entra en la Parroquia, donde de nuevo se repiten lágrimas y abrazos.....
En ese momento, algo sonó que le despertó. Miró a su reloj y vio que era la hora. Había que levantarse y arreglarse. Era Martes Santo y sus Benditos Titulares, Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Dulce Nombre le estaban esperando en sus pasos de salida para la misa preparatoria de la Estación de Penitencia. Llegó a San Lorenzo, y antes de ocupar su sitio en los bancos delante de los pasos, entró en la capilla y en silencio, como cada año, oró ante el Cristo del Mayor Dolor. Sólo había sido un sueño. pero un sueño hermoso. Oró por su familia, su mujer, sus padres, sus hijos. También oró por sus amigos, familiares, compañeros... Oró por la Hermandad y pidió que las injusticias de este mundo terminen algún día. Oró por los que estaban ya gozando de Su presencia. Y oró porque algún día, el sueño se haga realidad....