Me gustaría dedicar esta nueva entrada en el Blog a comentaros mi visión y mi propuesta para la Acción Social en nuestra Hermandad. Y ello me obliga a ser crítico, o mejor dicho autocrítico, con la labor de Acción Social que hemos venido desarrollando en los últimos años. Porque creo que nos hemos equivocado. Y digo "hemos" porque de una u otra manera he estado vinculado a la Junta de Gobierno en 9 de estos últimos 15 años, y por ello he sido partícipe de los errores. Vaya por delante que esta afirmación pretende ser una crítica para esos (pocos, me temo) hermanos que durante estos años han apoyado y desarrollado nuestra Acción Social: el Economato, la acogida de los niños bielorrusos, la participación en el proyecto de Guardería en Los Pajaritos o la colaboración con el Proyecto Al Alba deben consolidarse en el seno de nuestra Hermandad y por mi parte encontrarán el mismo apoyo que han tenido con el actual Hermano Mayor.
Y sin embargo, creo que no es suficiente. En los discursos "oficiales" se nos llena la boca de decir que los pilares de una Hermandad son el Culto, la Formación y la Acción Social, pero a la hora de la verdad, nos preocupamos y participamos muchos de lo primero y nos olvidamos y dejamos en manos de un reducido grupo lo demás. ¿Por qué? Cada uno tendrá su opinión y su teoría, pero la mía es que cuando las Hermandades intentan "jugar" a lo que no son, encuentran poco eco entre sus "bases" (o sea, sus hermanos). Las Hermandades y Cofradías, al menos en Sevilla, nacen con la intención de dar testimonio público de Fe. Es cierto que algunas de ellas posteriormente incorporan a sus fines otros (como la asistencia a ancianos, huérfanos o viudas), pero el fin principal reside en este Culto público, y éste sigue siendo el motivo principal de pertenencia a la misma para muchos hermanos. Si a esto añadimos la proliferación de ONGs (de signo religioso o no) que realizan estas labores asistenciales y que, en muchos casos, es el propio Estado el que asume estas labores, todo ello nos lleva a que sean una minoría aquellos cristianos que deciden canalizar su compromiso y su labor de caridad a través de su Hermandad.
Y sin embargo, es nuestra obligación como asociación de fieles el impulsar esta labor. Aquí es donde creo que se ha encontrado nuestro "error": porque en lugar de "competir" con otras instituciones (como Cáritas o las ONG que antes mencionaba) ya existentes en el seno de la Iglesia Católica o con el propio Estado, que en gran medida es lo que hemos venido haciendo, las Hermandades y Cofradías debemos buscar la manera de "completar" a éstas. Creo que si algo tenemos las Hermandades, gracias a ese Culto público que realizamos y fomentamos, es notoriedad en nuestra sociedad y capacidad de movilización. Y debemos ser capaces de usar esa capacidad para liderar proyectos de Acción Social que superen el ámbito de la propia Hermandad.
Por ello, una de mis propuestas (y de mis "ilusiones" como digo en el título de este Blog) es que la Hermandad lidere la creación de una Fundación con fines sociales: la Fundación Virgen del Dulce Nombre. Dicha Fundación nacerá con un fin muy concreto y estrechamente ligado a los orígenes de nuestra Hermandad: LA PROTECCIÓN DE MENORES Y LA INTERVENCIÓN, COMO ENTIDAD MEDIADORA, EN PROCESOS DE ADOPCIÓN INTERNACIONAL. Todos sabemos que uno de los fines fundacionales de la Hermandad fue el de atender, amparar y socorrer tanto a niños como niñas huérfanas, desamparadas y abandonadas de la ciudad de Sevilla. Y los huérfanos del siglo XXI ya no se encuentran en nuestro país (o, mejor dicho, sus necesidades y su tutela son cubiertas por el Estado), sino más allá de nuestra fronteras. Y son las adopciones internacionales las que permiten materializar esa atención y ese amparo a los huérfanos, garantizando el derecho que todo niño tiene a desarrollarse en un ambiente familiar normal. Además, una Fundación con este objetivo complementaría y reforzaría los actuales proyectos de Acción Social que antes mencionaba (niños bielorrusos, Guardería Los Pajaritos, etc.).
Pero es evidente que una Hermandad como la nuestra no puede por sí sola soportar un proyecto de esta envergadura. Por eso decía que nuestra misión debe ser la de liderar el mismo, pero buscando socios adecuados para este proyecto. Así, nuestra Hermandad no estará sola en este proyecto, sino que la Fundación se promoverá junto a otras entidades civiles (Colegios Profesionales, Entidades Financieras, Organismos Públicos…).
Me dejo más detalles del proyecto "en el tintero", pero si alguno tiene interés, me tenéis a vuestra disposición para profundizar en el mismo. Perdonad la extensión de la entrada del Blog de esta semana, pero se trata de un proyecto que realmente me ilusiona y me apasiona, y espero haber podido transmitiros siquiera un poco esta ilusión y esta pasión.
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