sábado, 7 de noviembre de 2009

Reflexiones acerca de nuestro Patrimonio Artístico (y III)

Como anuncié hace ya unos meses, durante este periodo previo a las elecciones, han estado funcionando una serie de Grupos de Trabajo, fruto de los cuales han nacido muchas de las ideas e iniciativas reflejadas en este Blog. Uno de los más fructíferos ha sido el de Patrimonio Artístico, y por ello han sido varios los espacios dedicados a este tema. Por ello, no me gustaría dejar de recoger el resto de sus reflexiones y propuestas, que complementan a lo ya expuesto en las dos entradas anteriores al respecto.

  • Las figuras secundarias: el año pasado se estrenó la restauración del romano del paso, pero una revisión a las demás figuras no vendría nada mal: son las grandes olvidadas y algunas están en mal estado. Lo ideal sería seguir poco a poco restaurándolas, por ejemplo una cada año, con un experto pero con un coste que esté dentro de nuestras posibilidades. Sobre todo convendría ver primero las que van de pie, por el tema de la estabilidad y la seguridad.
  • La túnica blanca: La túnica blanca, que es la preferida para el Martes Santo por muchos hermanos, necesita también un repaso. De hecho, es manifiestamente mejorable, así que habría que debatir si pasarla o hacer una nueva y mejor
  • Conservación preventiva: Se llama así al conjunto de medidas que se toman para evitar el deterioro de las obras de arte, es decir, mejorar en la medida de lo posible los métodos de almacenaje de nuestro patrimonio en general. Esto evitará en el futuro gastar un dineral en restaurar algo que luego se va a guardar o a manipular de forma inadecuada, acelerando otra vez sus daños. Así, este grupo propone realizar un estudio pormenorizado de las condiciones de almacenamiento de nuestra casa hermandad y del cuartito de la capilla, ya que se pueden realizar muchas mejoras con poco presupuesto y mucha imaginación. Podríamos revisar por ejemplo la iluminación, las vitrinas de las insignias, el armario grande del fondo, las vitrinas de la casa hermandad, etc...

De todas estas reflexiones me quedo sobre todo con el origen de las mismas: cuando damos voz a los hermanos y los escuchamos, siempre surgen nuevas ideas, nuevas propuestas, nuevos puntos de vista, que nos enriquecen y, sobre todo, enriquecen a la Hermandad. Prometo tomar buena nota de estos tres temas, y como muestra de ello, me gustaría contar en la junta Auxiliar también con un Diputado de Patrimonio, que sea el responsable de coordinar y encauzar todas las iniciativas que hemos recogido en estas tres entradas (Manto, Paso de Cristo, Parihuelas, Restauración de la imagen de María Santísima del Dulce Nombre, Túnica Blanca, etc., etc.) y que si queremos llevar a cabo nos van a suponer un importante esfuerzo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Vecinos y hermanos

Estamos ya entrando en la recta final: queda solo una semana para la celebración del Cabildo de Elecciones. Y por eso, siendo viernes, día en que celebran sus cultos semanales de Hermandad las queridas Hermandades de la Soledad y del Gran Poder, me gustaría hoy abordar el tema de las relaciones que debemos mantener con el resto de Hermandades del barrio y la Parroquia: las dos mencionadas, más el Buen Fin y la Pastora de San Antonio. Muchos son los lazos que nos unen a estas corporaciones: no solo los de pura vecindad, sino que muchos de nosotros (yo mismo, hermano del Gran Poder desde hace más de 30 años) pertenecemos a alguna de ellas. De ahí el encabezado de hoy, Vecinos y Hermanos. Y por tanto, creo que las relaciones que debemos mantener con ellas deben estar caracterizadas por la colaboración y la fraternidad. El ser parte de una misma Parroquia entiendo nos obliga a colaborar, más allá de las puras relaciones institucionales, en proyectos concretos, sobre todo en aquellos casos en los que, por su dimensión, sean proyectos difíciles de abordar en solitario. Ya comentaba al hablar de Formación que me gustaría proponerles la creación de la Escuela de Formación Santo Cristo del Mayor Dolor, sobre interpretación de la Sagrada Escritura, Liturgia y Doctrina Social de la Iglesia. Pero creo que hay otras vías de colaboración y otras iniciativas que podríamos compartir con ellos. Por eso, si resulto elegido, propondré en primer lugar a nuestro Párroco y a su coadjutor y, de contar con su aprobación, seguidamente a cada una de ellas, la constitución formal de un Consejo en el seno de la Parroquia, presidido por el Párroco o persona en quién él delegue, e integrado por un representante de cada una de las 5 Hermandades, que trabaje en la puesta en marcha de actividades coordinadas en las que participemos las 5. Creo que el campo de la Formación es el ideal para comenzar a realizar este trabajo, pero seguro que en cuanto nos sentemos y empecemos a trabajar juntos surgirán muchos más.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Algo se muere en el Alma

No pretendo ser "original" con el encabezado de la entrada del Blog en el día de hoy, ya que imagino que algún columnista usará el mismo o parecido mañana (si no lo han hecho ya en alguna de sus ediciones electrónicas). Y tampoco pretendo jugar a las adivinanzas: supongo que todo el que lo lea, recuerde la sevillana, y la siga tarareando (Algo se muere en el Alma cuando un amigo se va) sabrá perfectamente al Amigo al que me estoy refiriendo: nuestro Cardenal Arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo. Y, siendo consecuentes con la filosofía que hemos presentado las últimas semanas de que una Hermandad debe ser parte activa de la Parroquia y de la Iglesia y, por tanto, ocupar y ejercer el papel que nos corresponde en este ámbito, creo que hoy mi obligación es dejar a un lado la presentación de propuestas e ideas para nuestra Hermandad y dedicar este espacio a glosar la figura de nuestro Cardenal. Llegado desde Castilla, nos ha demostrado en estos 27 años como un castellano puede ser también un buen sevillano. Ha sido una persona conciliadora, que ha sabido ganarse el afecto de Sevilla y de sus Hermandades (y todos sabemos qué difícil se lo podemos poner a alguien si lo consideramos "forastero"), entender nuestra idiosincrasia y, desde su posición, tratarnos con cariño y con justicia (y, me atrevo a decir también, que en algunos casos con caridad cristiana), pero también recordarnos el mundo en el que vivimos: por poner un ejemplo, él ha sido el gran impulsor de la presencia de las mujeres en nuestra vida interna y externa. Así creo que unánimemente se le ha reconocido desde que se conoció su renuncia obligada por motivos de edad y el nombramiento de un Arzobispo Coadjutor. En lo que se refiere a nuestra Hermandad, durante su mandato obtuvimos el título de Pontificia, otorgado por el Papa Juan Pablo II, se aprobaron nuevas Reglas en dos ocasiones (1986 y 2007) y tuvimos el privilegio de contar con su presencia en varias Funciones Principales de Instituto. Además, publicó un artículo en el Boletín especial "75 años con nosotros", editado con motivo del 75 aniversario de la realización de nuestras Imágenes Titulares por Antonio Castillo Lastrucci, casualmente cuando yo era el Director de dicho Boletín. Por ello, y a modo de homenaje a Fray Carlos, os adjunto íntegramente dicho artículo:

"La Hermandad de Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Dulce Nombre celebra el 75 aniversario de las imágenes de sus Sagrados Titulares.

Fe y religiosidad están en la esencia, tradición y futuro de nuestra Iglesia. Nos acercaremos a esa realidad con amor y respeto. Valores y defectos irán apareciendo en este dinámico retablo, en el que los misterios y las imágenes toman un peculiar movimiento y se meten en los acontecimientos familiares, en las fiestas del pueblo, en las hondas celebraciones de Semana Santa.

Elemento imprescindible en el contenido de la religiosidad popular es el culto, aprecio y relación con la imagen. Para el Pueblo es algo más que una simple representación de lo sagrado, para convertirse en una particular forma de presencia de Cristo, de la Virgen María, de los santos. Se la venera y visita, se la rodea de expresiones culturales, se hacen de ella múltiples y variadas reproducciones y se pone en el santuario, en la casa, se la lleva consigo en alguna estampa u objeto personal. En el encuentro con la imagen se establece una especie de relación mística en la que el diálogo se hace íntimo, oracional, creyente.

La imagen, el icono, la figura, es el soporte material, artístico, sensible, de una realidad invisible. Un reflejo del misterio de la Encarnación del Verbo en el que la visibilidad de lo humano conduce al reconocimiento de Dios. De lo sensible a lo que no se ve, de lo material a una contemplación espiritual. Es como un puente que enlaza al hombre con el misterio.

"La belleza y el color de las imágenes estimulan mi oración. Es una fiesta para mis ojos, del mismo modo que el espectáculo del campo estimula mi corazón para dar gloria a Dios" (San Juan Damasceno). "La contemplación de las Sagradas Imágenes, unida a la meditación de la Palabra de Dios y al canto de los himnos litúrgicos, forma parte de la armonía de los signos de la celebración para que el misterio celebrado se grabe en la memoria del corazón y se exprese luego en la vida nueva de los fieles." (Catecismo de la Iglesia Católica, 1162).

Con la imagen llega el mensaje y contenido de la fe; con el retablo, el evangelio. Pero sabiendo muy bien distinguir el camino del santuario, el signo del credo de la fe, la representación, del misterio representado. No puede dudarse del gran valor catequético de la imagen. Es como un libro que facilita el que muchos puedan leer unos textos a los que no van a tener acceso de otra manera. "La iconografía de Cristo implica, pues, toda la fe en la realidad de la Encarnación y su inagotable significación para la Iglesia y para el mundo. Si la Iglesia la práctica, es porque está convencida de que el Dios revelado en Jesucristo ha rescatado y santificado la carne y todo el mundo sensible, es decir, el hombre con sus cinco sentidos, para permitirle ser renovado sin cesar según la imagen de su creador (...) El arte sacro debe tender a darnos una síntesis visual de todas las dimensiones de nuestra fe. El arte de la Iglesia debe procurar hablar la "lengua" de la Encarnación y, expresar con los elementos de la materia a Aquel "que se ha dignado habitar en la materia y llevar a cabo nuestra salvación, a través de la materia", según la bella fórmula de San Juan Damasceno." (Juan Pablo II, Duodecimun Saeculum)".

Hasta siempre, Fray Carlos. Creo que la Hermandad de la Bofetá guardará siempre un entrañable recuerdo de sus 27 años de mandato. Y, por supuesto, bienvenido Monseñor Asenjo, nuestro nuevo Pastor.