Quizás pueda sorprender el titular con el que hoy empiezo. Reconozco que he querido ser con él especialmente "provocador", pero me ha parecido una buena forma de poner el dedo en la llaga respecto al tema que quería comentar hoy, y que es la postura de muchos autodenominados "capillitas" ante la doctrina de la Iglesia Católica.
Mucho se ha escrito en los últimos tiempos acerca de la falta de formación generalizada en el mundo cofrade y, especialmente, en lo referido a las Juntas de Gobierno. Este hecho (ante el cual, todo hay que decirlo, también existen muchas y honrosas excepciones) no es más que consecuencia del proceso de "laicización" que nuestra sociedad ha sufrido en los últimos años y que, de manera inconsciente en muchos casos, ha arrastrado a muchos miembros de nuestras Cofradías. Esto ha llevado a que, cada vez más, se asuman como propios postulados que nos alejan de la Iglesia Católica y nos acercan a los protestantes (¡ojo!, que los protestantes también son cristianos). Y fundamentalmente, me estoy refiriendo a dos: por un lado, a la importancia que se concede a la Biblia y a la fe individual y, por otro, al rechazo a la autoridad del Papa (y, por extensión, el resto de la Jerarquía eclesiástica). No es raro escuchar hoy en día a personas que se reconocen como católicos, apostólicos y romanos afirmaciones tales como "para mí lo que vale es lo que dice la Biblia, no los curas", "yo me confieso directamente con Dios" o "yo creo en Jesús, no en el Papa". Y detrás de esto, suele venir una libre interpretación de las escrituras y el acomodo de las mismas a las propias creencias: aborto, eutanasia, matrimonio, etc., etc., etc.
Estas personas, seguramente sin saberlo (y por eso hablaba de la falta de formación) no están más que asumiendo algunos de los principios básicos del protestantismo, como son la suficiencia y autoridad de las Sagradas Escrituras o la creencia en que la autoridad de la iglesia no viene de la sucesión apostólica, sino que se deriva directamente de la Palabra de Dios.
Evidentemente, el protestantismo alberga otros elementos (Por ejemplo, y por mencionar dos elementos fundamentales de nuestra Semana Santa, no admiten imágenes y no dan culto a la Santísima Virgen) que un "capillita" jamás admitirá, pero no deja de ser curioso que en una ciudad tan barroca como la nuestra (y no olvidemos que el barroco fue la respuesta desde el arte al movimiento reformista de Lutero y Calvino) se den estas actitudes tan cercanas al protestantismo. Por eso, no dejo de preguntarme: ¿Si Lutero y Calvino hubieran nacido en nuestra Sevilla del siglo XXI, serían "capillitas"?