miércoles, 20 de enero de 2010

¿Lutero fue “capillita”?

Quizás pueda sorprender el titular con el que hoy empiezo. Reconozco que he querido ser con él especialmente "provocador", pero me ha parecido una buena forma de poner el dedo en la llaga respecto al tema que quería comentar hoy, y que es la postura de muchos autodenominados "capillitas" ante la doctrina de la Iglesia Católica.

Mucho se ha escrito en los últimos tiempos acerca de la falta de formación generalizada en el mundo cofrade y, especialmente, en lo referido a las Juntas de Gobierno. Este hecho (ante el cual, todo hay que decirlo, también existen muchas y honrosas excepciones) no es más que consecuencia del proceso de "laicización" que nuestra sociedad ha sufrido en los últimos años y que, de manera inconsciente en muchos casos, ha arrastrado a muchos miembros de nuestras Cofradías. Esto ha llevado a que, cada vez más, se asuman como propios postulados que nos alejan de la Iglesia Católica y nos acercan a los protestantes (¡ojo!, que los protestantes también son cristianos). Y fundamentalmente, me estoy refiriendo a dos: por un lado, a la importancia que se concede a la Biblia y a la fe individual y, por otro, al rechazo a la autoridad del Papa (y, por extensión, el resto de la Jerarquía eclesiástica). No es raro escuchar hoy en día a personas que se reconocen como católicos, apostólicos y romanos afirmaciones tales como "para mí lo que vale es lo que dice la Biblia, no los curas", "yo me confieso directamente con Dios" o "yo creo en Jesús, no en el Papa". Y detrás de esto, suele venir una libre interpretación de las escrituras y el acomodo de las mismas a las propias creencias: aborto, eutanasia, matrimonio, etc., etc., etc.

Estas personas, seguramente sin saberlo (y por eso hablaba de la falta de formación) no están más que asumiendo algunos de los principios básicos del protestantismo, como son la suficiencia y autoridad de las Sagradas Escrituras o la creencia en que la autoridad de la iglesia no viene de la sucesión apostólica, sino que se deriva directamente de la Palabra de Dios.

Evidentemente, el protestantismo alberga otros elementos (Por ejemplo, y por mencionar dos elementos fundamentales de nuestra Semana Santa, no admiten imágenes y no dan culto a la Santísima Virgen) que un "capillita" jamás admitirá, pero no deja de ser curioso que en una ciudad tan barroca como la nuestra (y no olvidemos que el barroco fue la respuesta desde el arte al movimiento reformista de Lutero y Calvino) se den estas actitudes tan cercanas al protestantismo. Por eso, no dejo de preguntarme: ¿Si Lutero y Calvino hubieran nacido en nuestra Sevilla del siglo XXI, serían "capillitas"?

jueves, 7 de enero de 2010

“Saber de Cofradías”

Hace unos días, y al hilo de los últimos acontecimientos, tuve la oportunidad de mantener una larga charla con un buen amigo acerca de lo que supone saber (o no saber) de Cofradías en nuestra querida ciudad. Tradicionalmente, se ha considerado que "sabía" de Cofradías aquella persona que conocía las interioridades de nuestras Hermandades, que se había curtido" en muchas estaciones de penitencia, y por tanto se manejaba hábilmente con temas como los horarios, los capataces, los repertorios musicales, la orfebrería, el bordado o la imaginería, por mencionar algunos.

Sin embargo, los signos de los tiempos, como dijo el Vaticano II, nos indican que en el Siglo XXI, el término "saber de cofradías" ha cambiado también, y el que antes "sabía", ahora ya "no sabe" si no ha sabido adaptarse a estos tiempos. ¿A qué me refiero? Pues a que saber de cofradías en pleno siglo XXI (ya estamos en la década de los 10…) supone:

  • Ser consciente de que una Hermandad es una Asociación PUBLICA de fieles. Por tanto, siempre bajo la mirada atenta de la Iglesia, y formando parte activa de la misma.
  • Saber de Acción Social, Caridad, Compromiso con los más desfavorecidos. La vida de una Hermandad ya no se circunscribe a sus Cultos internos y su salida procesional, aunque sigan existiendo muchos hermanos de los denominados "capiroteros".
  • Ser consciente de que la sociedad en la que nos desenvolvemos es una sociedad cada vez más laica, y en un estado aconfesional. Eso supone que los "privilegios" económicos y el "mirar para otro lado" forma parte de la historia. Una Hermandad tiene que cumplir con sus obligaciones con el Estado y la Sociedad igual que cualquier otra entidad. Estoy hablando de Hacienda, la Seguridad Social, el Ayuntamiento…. Nos gustará más o menos, pero es una realidad de la que no podemos huir. Y si el propio Papa nos dice que la evasión fiscal es pecado… blanco y en botella
  • Ser consciente de que las Hermandades tienen que cumplir una función evangelizadora y, por tanto, deben predicar con el ejemplo. Difícilmente podemos pedir credibilidad para la Iglesia, si públicamente escandalizamos con nuestras actitudes.
  • Saber que los medios de comunicación social y los cambios sociales le han dado a las hermandades una dimensión diferente a la que tenían (yo no diría que mayor, sino distinta). Por tanto, hay que saber cómo manejar las relaciones institucionales y las relaciones con estos medios.
  • Adaptar las Hermandades a un cuerpo de hermanos que ya no s encuentra concentrado ni geográficamente (Parroquia) ni profesionalmente (Gremios). Los hermanos se encuentran ya dispersos por la ciudad y la provincia (en algunos casos por el mundo) y, por tanto, la forma de relacionarse con los hermanos cambia.
  • Y, por último, la tecnología, que ha cambiado también la forma de comunicarse, de vivir y de relacionarse. Y si ha cambiado a la sociedad, ¿quién puede negar que también está cambiando a las Hermandades? No se trata de hacer Hermandades on-line, pero no hay más que ver el éxito de páginas web como Pasión en Sevilla o Arte Sacro, la vida que tienen algunos Foros (para lo bueno y también para lo malo), Facebook, etc., para saber que quien quiera saber de Cofradías, tiene que saber de esto.

En fin, que a la conclusión a la que llegamos mi amigo y yo, es que cuando alguien diga que sabe de Cofradías, habrá que preguntarle… ¿pero a qué Cofradías te refieres? ¿A las de ahora o a las del siglo XX? Sin acritud.