Me gustaría realizar hoy, cuando faltan 22 días para las elecciones, unas primeras reflexiones sobre el estado de nuestro Patrimonio artístico y la política que llevaré al respecto si resulto elegido el próximo día 13.
En primer lugar, quiero destacar lo de Patrimonio Artístico. Normalmente, tendemos a hablar de Patrimonio a secas cuando nos referimos a aquel. Sin embargo, creo que si habláramos de Patrimonio, sin más, estaríamos dando de lado o minusvalorando otros elementos de nuestro Patrimonio que son fundamentales: nuestra Historia, nuestros niños y nuestros jóvenes, en definitiva los hermanos (actuales, pasados y futuros), verdadero Patrimonio y capital de toda Hermandad.
Hecha esta aclaración, me gustaría comentar cual va a ser nuestra política respecto a Patrimonio Artístico. Quiero decir que ésta va a ser, fundamentalmente, una política de conservación, coherente con la capacidad financiera de la Hermandad. Creo que además, en los momentos actuales de crisis y recesión, no sería consecuente por nuestra parte el desarrollar una política de enriquecimiento y mejora de ese Patrimonio. Pero sería también una irresponsabilidad el no tomar las medidas necesarias para evitar el deterioro del actual, marcando las prioridades, como digo, en base a la urgencia y nuestra situación económica.
Dicho esto, me gustaría también hacer mención a 2 proyectos que entiendo que por su necesidad y urgencia merecen un tratamiento aparte y específico. Me estoy refiriendo a la restauración del manto de salida de María Santísima del Dulce Nombre y a la del dorado del paso de Nuestro Padre Jesús ante Anás. No creo que haya ahora mismo nadie en la Hermandad que dude de la necesidad de acometer cuanto antes esto proyectos, y creo que se trata de algo que está por encima del debate electoral de propuestas, y que así será asumido por el próximo Hermano Mayor, sea éste quien sea. También creo que todos somos conscientes del alto coste de ambos proyectos, que superan con creces nuestro presupuesto ordinario. Por ello, para llevarlos a cabo, van a requerir de un plan de financiación específico para cada uno de ellos, no dependiente de nuestros recursos ordinarios. Así, en lo que se refiere al manto, se creará una Comisión, que en primer lugar determinará qué alternativas existen para su restauración y el coste de las mismas. Una vez determinado éste, se desarrollará un plan de financiación basado en ingresos no ordinarios, y que será también el que determinará los plazos de ejecución del proyecto. Y todo ello será planteado en un Cabildo General, para su aprobación o no por parte de los hermanos, dentro de mi primer año de mandato.
En el caso del dorado del paso, el proceso será más sencillo (se trata también de una restauración menos compleja), pero en todo caso, también se planteará en Cabildo General antes del ecuador de mandato.
Dejo para la siguiente reflexión sobre nuestro Patrimonio Artístico otras actuaciones que creo debemos llevar a cabo en los próximos años, pero en este caso basándose siempre en nuestros ingresos ordinarios. Pero eso será otro día.
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